Ir al contenido principal

Recordar es aprender

 Hay una frase en mi país que recuerdo haber escuchado desde que era un niño, "recordar, es volver a vivir". No recuerdo muy bien si era el slogan de una marca o una frase que mucha gente solía repetir para recordar que el sentimiento del momento que vivió, sigue presente en su mente y alma. 

Y quizá tenga algo de razón, ya que normalmente cada que recordamos algo siempre llega una ola de sensaciones y sentimientos que nos evocan al momento de nuestro recuerdo. Sin embargo, hay algo que he notado últimamente al respecto. 

Pasé una etapa interesante y llena de una variedad de sensaciones, emociones, sentimientos y experiencias durante la década de mis 20's. Si bien mucho de lo que esperaba lograr lo logré en tiempo récord y prácticamente sin conocimiento al iniciar, nadie me preparó para lo que podía pasar de la mano de esto. 

La forma en la que me exigía y cómo prioricé mi carrera (o lo que pensaba iba a ser mi carrera), terminó dándome burnout casi al cerrar esa década. Había puesto el peso del universo sobre mis hombros y no sabía ni para qué lo quería llevar conmigo. 

La verdad, es que pese a que había llegado a un punto en el que algunas personas me buscaban como socio o en el que me permitían hacer lo que quisiera con mi tiempo siempre y cuándo siguiéramos como íbamos (sin importar el nombre de la empresa para la que trabajara). Todo eso dejaba de tener sentido cuando me daba cuenta que mis objetivos y la razón por la que estaba exigiéndome tanto y alejándome de mis personas cercanas no era la misma por la que los demás estaban en el mismo camino. 

Tenía un sueño en el que aprovechar las ventajas del internet y la innovación digital, podían ayudar a que las industrias y mercados locales tuvieran un crecimiento. Y era posible, solo que quizá estaba trabajando en el área equivocada. Trabajaba en publicidad, marketing y de repente en el área de comunicación. 

Y a nadie le interesaba aprovechar el potencial de las plataformas y tecnologías que venían creciendo conforme pasaba el tiempo. Lo único importante era cubrir la nómina y obtener una ganancia, mes con mes. 

Y está bien, pero cuando sacrificas tu salud física, mental y tus relaciones interpersonales por unos cuantos pesos. Algo no se siente bien. 

No voy a mentir, no ganaba una millonada, pero sí ganaba un sueldo acorde a los puestos que desempeñaba. Aunque a veces los puestos ni siquiera existían realmente y yo solo facturaba mes a mes una cantidad fija con descripciones vagas o que cambiaban mes con mes. No los culpo por pedírmelo de esa forma, es muy probable que ni su contador supiera cómo llamar a esa persona que prácticamente llevaba toda una división por si sola. 

Pero cuando tu tiempo libre se vuelve una mezcla de clientes y trabajos en paralelo, no hay mucho qué disfrutar o que te motive a levantarte de la cama para ir a trabajar. De hecho, tu cuerpo somatiza y te genera enfermedades que evitan que puedas ser productivo o que puedas aprovechar tu día. 

Y así partí, decidí renunciar a todo y empezar mis propios proyectos. La verdad es que tampoco me fue mal ahí. Si bien no me fue bien y terminó siendo una mezcla de pagos tardíos junto con muchos momentos en los que mi salud mental sufrió más de lo que podía resistir, creo que fue un buen momento para que pasara. 

Llegué a ese punto en el que ni siquiera podía tomar decisiones simples porque mi cerebro estaba frito, con niveles de estrés, ansiedad, depresión, pensamientos suicidas y mil cosas más; todo eso al mismo tiempo. 

Pasé de poder con todo a no poder redactar un texto sencillo porque mi cabeza estaba llena de cosas que nunca había experimentado y mucho menos esperaba experimentar. 

Me tomó muchos años entender qué había pasado, por qué y darme cuenta que en serio había pasado en el mejor momento para hacer. De hecho, muchos años los pasé prácticamente tirado en cama y sin salir ni de mi cuarto. 

Pasé más de la mitad de una década tratando de entender qué me pasaba y por qué había pasado, pero fue complicado porque al principio, solo quería dormir hasta dejar este plano. De hecho, sentía que mi vida ya se había acabado y ni siquiera me cuestionaba por qué. 

Poco a poco empecé a investigar sobre las pequeñas cosas que sentía o me pasaban y empecé a procurar mi salud mental. Pero no fue hasta que por cuestiones psicoactivas, empecé a recordar qué había pasado en mi vida e irlo haciendo, me fue dando algunas respuestas sobre lo que estaba viviendo. 

Y es que no es hasta que pensamos en nuestros pasos previos, que notamos detalles que habían estado fuera de nuestro radar. 

Por ejemplo, para mi era normal y hasta idolatraba la exigencia laboral. Y no hablo de la exigencia de un jefe enojado o con una urgencia. Hablo de la exigencia laboral tóxica al estilo de Elon Musk. Solo que al no ser heredero de un capital millonario por la explotación inhumana en África, en lugar de ser tóxico con los empleados lo era conmigo. Ni la fiebre podía evitar que me exigiera más de lo que la situación lo ameritaba. 

Pero nunca me cuestioné cómo afectaba mi calidad de vida o si era realmente lo que quería hacer. Y no fue hasta que llegué a estos puntos, que empecé a aprender sobre lo que había vivido. 

La realidad es que mi percepción del tiempo es rara y muchas veces solo pasa, sin nada más. No percibo cuánto tiempo pasó o no noto lo complicada de la situación que acabo de pasar, porque solo pasó y ya. 

Y justo, el recordar me ha servido para darme cuenta de otras cosas que no había notado en su momento y que al día de hoy me han servido para poder empezar a continuar mi camino. 

Empiezo a recordar por qué me gustaba hacer algunas cosas, también por qué empecé a trabajar en algunos proyectos específicos o hasta por qué es que me comportaba de maneras específicas. 

Recordar me ha ayudado a entender más sobre mi vida, el punto en el que estoy y aprender a conectar los puntos que no había conectado anteriormente. 

Definitivamente aún me falta mucho camino por recorrer y también muchas cosas por terminar de aprender, recordar y vivir. Pero había qué empezar por algún lado. 

Y como dice un buen amigo, normalmente estas situaciones son solo el final de un camino y el inicio de uno nuevo. Será cuestión de ver qué trae este nuevo camino a mi vida y disfrutarlo lo más que pueda. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Discriminación Femenina en México ¿Realidad o Ficción?

Últimamente he escuchado muchas noticias en las cuales se menciona que por fin se está logrando igualdad entre hombres y mujeres, que por fin se aprobó equis ley o reforma en la cual se le permite alguna cosa o se protege en algún sentido a las mujeres. Honestamente no se me hace algo malo que se esté ofreciendo este tipo de consideración al sector femenino de nuestra población. Lo que no me convence, es el hecho de que en todos los comerciales, noticias e incluso comentarios de la gente, en los cuales se menciona que se está luchando contra la discriminación contra la mujer. ¿Por qué razón no me convence? Muy fácil, en primer lugar, estamos en una cultura en la cual su estructura principal es el matriarcado y lo ha sido por muchísimo tiempo. Entonces, esto me hace pensar ¿En donde se encuentra esa discriminación? Desde que tengo uso de razón, recuerdo a mi abuela mandando al abuelo a comprar cosas, mandar a sus hijos a lavar los plato

@ecastillo está feliz porque es más alto que 2 cartones de chela

Pero creo que no por mucho :P Enviado desde mi oficina móvil BlackBerry® de Telcel Posted via email from Posterous de @gh_rocks

Y que se me adelantan los reyes D: mi regalo rifa n.n

Un buen regalo de navidad y reyes que me di :D trae perfect Dark, tony hawk 2, south Park rally y donkey kong 64 :D Enviado desde mi oficina móvil BlackBerry® de Telcel Posted via email from Posterous de @gh_rocks